El clima de la mañana del 18 de junio no parecía ser el más óptimo para realizar tiro. Sin embargo, luego de consultar a los especialistas en meteorología y de que un Pucará emprendiera vuelo para verificar las condiciones climáticas se decidió realizar el último ejercicio de tiro aire-aire.
A pesar del frío, los pilotos del sistema de armas Pampa de la VI Brigada Aérea se alistaron para partir y luego los siguieron los aviadores de Pucará.
Mientras los pilotos operaban en las alturas, el suboficial principal Roque Orlando Oviedo, encargado del servicio de Armamento de Pucará de la III Brigada Aérea, explicó el trabajo que realizaron durante la primera etapa de Larus II: “Nuestra tarea fue alistar a los aviones para que cumplan la misión de tiro. Primero comenzamos con la preparación de la manga (blanco aéreo remolcado) para el despliegue y una vez que esto se logra, se largan los aviones”.
También explicó que “En este procedimiento de preparación de las aeronaves lo primordial es la seguridad, ya que se trabaja con armamento, explosivos y municiones”.
La labor de los suboficiales no sólo se limitó al aquí y ahora, es decir, al ejercicio, sino que previamente a Larus II, tuvieron que modificar el sistema de la manga para adaptarla al Pucará, esto consistió en modificar algunos elementos como la longitud de la soga y el material de la tela.
Sin lugar a dudas, el trabajo que realizaron esta primera semana es destacable ya que fue necesario y primordial para que el Pucará funcione como blanco remolcado.
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